La henna es un producto muy utilizado para dar color al cabello. Sobre todo se ha venido empleando como una alternativa a los tintes con amoniaco. Aunque, ahora, hay coloraciones más naturales, todavía muchas personas emplean la henna por considerar que sigue siendo una mejor opción porque no daña el pelo e, incluso, puede ayudar a recuperar esa vitalidad. Pero, como todo producto tiene una serie de ventajas y también de inconvenientes que aquí vamos a aclarar.
Henna
Lo primero que hay que tener claro es que no toda la henna tiene las mismas características. Es clave asegurarse de que la que se compra no contiene ningún componente químico como sales metálicas porque pueden alterar el resultado o estropear el cabello.
Color
La henna tiene una serie de limitaciones en cuanto al color se refiere. Una de las principales es que no cubre las canas, solo las disimula por lo que no se aconseja que se aplique cuando las canas suponen más del 50% del cabello.
También hay que tener en cuenta que, conforme se va lavando el cabello y la henna va desapareciendo, parece que se tiene como unos reflejos. Además, a su favor, hay que decir que con su uso se evita el efecto raíz que se produce con otros tintes.
Igualmente es idónea para matizar el color del pelo de una forma natural, pero se debe saber que solo actúa sobre el tono natural del cabello para avivarlo o bien para darle un matiz más oscuro.
Y esto es especialmente importante porque si se tiene un pelo castaño o moreno no es posible utilizar la henna para ser rubia. En estos casos, habría que decolorar el cabello previamente para conseguir un resultado con tonos claros.
En casa
La henna tiene la ventaja de que se puede aplicar en casa, aunque es conveniente tener muy claro el tono del cabello que se va a obtener para conseguir que el resultado sea bueno.
Ante cualquier duda, lo mejor es recurrir a profesionales porque no hay una carta de colores fija. Además, el resultado puede variar en función del tono base que se tenga en el cabello y de si el pelo es más o menos poroso. Un particularidad esta última que influye de forma directa en la intensidad del color.