El Servicio Estatal de Emergencias de Ucrania ha informado este jueves de la muerte de al menos cuatro personas y 18 heridos tras un nuevo ataque aéreo perpetrado por las fuerzas rusas en la provincia de Zaporiyia.
Los equipos de rescate lograron salvar con vida a dos menores de edad entre los escombros de uno de los edificios afectados. «Es posible que aún haya personas bajo los escombros», señaló el Servicio Estatal de Emergencias.
«La infraestructura civil ha sido nuevamente blanco de ataques. Los civiles son el objetivo de Rusia. Rusia tendrá que rendir cuentas por esto», declararon las autoridades ucranianas, calificando el incidente como «otro crimen de guerra».
El presidente ucraniano, Volodymir Zelensky, hizo referencia a lo ocurrido en Zaporiyia para reiterar su petición a los aliados de permitir que las Fuerzas Armadas ucranianas realicen ataques de largo alcance en territorio ruso. Además, insistió en que cualquier tipo de negociación con Rusia es imposible.
«Cada uno de estos ataques rusos no solo mata personas y destruye vidas, sino que también borra cualquier posibilidad de diálogo con Rusia o cualquier llamado al Kremlin. Ellos disfrutan matando», expresó Zelensky.
«La verdadera protección de la vida significa defensa aérea para Ucrania, la capacidad de derribar aviones militares rusos y el permiso para que Ucrania pueda realizar ataques de largo alcance contra el invasor», agregó.
Mientras tanto, el Ejército ruso bombardeó un edificio residencial de cinco plantas en la ciudad de Mikoláivka, en la región de Donetsk, lo que dejó al menos dos muertos, según informó el gobernador regional, Vadim Filashkin.
«Uno de los proyectiles impactó en un edificio de cinco plantas, y otras cuatro casas cercanas sufrieron daños significativos», detalló Filashkin en su cuenta de Telegram. «Cinco personas resultaron heridas», añadió.