¿Te sentiste querido/a en la adolescencia? Un nuevo estudio de la American Heart Association halló que sentirse amado en la adolescencia conduce a una mejor salud en la edad adulta, previendo el riesgo de sufrir un ataque cardíaco o un derrame cerebral en el futuro.

La autora principal del estudio, Farah Qureshi, Sc.D., MHS, profesora asistente en la Escuela de Salud Pública Johns Hopkins Bloomberg, explicó en un comunicado de prensa que los adolescentes que informaron sentir optimismo, felicidad, autoestima, pertenencia y amor tenían más probabilidades de llegar a los veinte y treinta años con una buena salud cardiometabólica en comparación con los adolescentes con menos de estos activos psicológicos positivos.

Además, señaló que dicha asociación fue especialmente fuerte entre los adolescentes negros.

Esta investigación, publicada en el Journal of the American Heart Association, consideró una amplia gama de factores de salud, como los marcadores de los niveles de azúcar en la sangre y la inflamación.

“Queríamos cambiar el paradigma de la salud pública más allá del enfoque tradicional en los déficits a uno que se concentre en la creación de recursos”, indicó.

El equipo de investigación de la AHA analizaron datos de casi 3,500 estudiantes de secundaria de EEUU con una edad promedio de 16 años en 1994. Los siguieron durante más de dos décadas. Casi la mitad eran niñas y el 67% eran blancas.

Recopilaron regularmente datos sobre la salud y el bienestar de cada participante, y el chequeo más reciente se realizó en 2018, cuando tenían alrededor de 38 años de edad.

Los investigadores detectaron cinco activos de salud mental relacionados con una mejor salud cardiometabólica: optimismo, felicidad, autoestima, sentido de pertenencia y sentirse amado.

Compararon esta información con los datos de salud registrados durante tres décadas para determinar si los adolescentes que tenían más de estos activos positivos tenían más probabilidades de mantener una salud cardíaca óptima cuando llegaran a la edad adulta.

Posteriormente, revisaron las medidas de siete factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares y metabólicas. Todas las lecturas provinieron de visitas clínicas después de que los participantes entraron en sus 20 y 30 años.

Estos factores incluyeron al colesterol “bueno”, colesterol no “malo”, la presión arterial sistólica, la presión arterial diastólica e índice de masa corporal (IMC).

Precisaron que el 55% de los adolescentes tenían cero o un activo de salud mental positivo, mientras que el 29% tenía de dos a tres activos y el 16% tenía de cuatro a cinco activos.

Como adultos jóvenes, solo el 12% de los participantes mantuvieron la salud cardiometabólica a lo largo del tiempo.

Por otra parte, los adolescentes con cuatro o cinco activos de salud mental positivos tenían un 69% más de probabilidades de mantener una salud cardiometabólica positiva como adultos jóvenes.