Un exceso de sodio puede provocar un aumento de las hormonas del estrés. Si últimamente te notas más estresado de lo habitual y las tareas diarias habituales te desbordan, puede que estés tomando demasiada sal. Un exceso de sodio puede provocar un aumento de las hormonas del estrés, según ha demostrado un estudio de la Universidad de Edimburgo.
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Los efectos de la sal en el salud
La OMS recomienda consumir menos de 5 gramos (un poco menos de una cucharada de café) de sal por día, pero la mayoría consumen de 9 a 12 gramos de promedio, es decir, prácticamente el doble.
El exceso de sal favorece el desarrollo de hipertensión, que a su vez aumenta el riesgo de infartos, ictus y demencia vascular.
Los efectos de la sal sobre el sistema circulatorio y vascular están muy estudiados, pero no se han estudiado tanto los efectos sobre el comportamiento. Para averiguarlo, expertos de la Universidad de Edimburgo usaron ratones, que normalmente tienen una dieta baja en sal, y les dieron alimentos con alto contenido de sal para reflejar la ingesta típica de los humanos.
Cómo afecta la sal a las hormonas del estrés
Los investigadores comprobaron que una dieta rica en sal no solo aumentaba los niveles de las hormonas del estrés en reposo, sino que la respuesta hormonal de los ratones al estrés ambiental era el doble que la de los ratones que tenían una dieta normal.
Observaron que el consumo de sal aumentó la actividad de los genes que producen las proteínas en el cerebro que controlan cómo responde el cuerpo al estrés.
Estrés bueno y estrés malo
El estrés es un mecanismo natural del organismo para actuar frente a un peligro concreto. Ante una situación de estrés, el cuerpo libera hormonas que hacen que el cerebro esté más alerta, los músculos se tensionen y aumenten las pulsaciones.
Este tipo de estrés se conoce como eustrés y es positivo porque te hace ser resolutivo, te motiva y mejora tu productividad. Estudios han demostrado que también es saludable porque puede activar las defensas y actuar como protección frente a enfermedades.
Pero cuando el estrés llega a dificultar el sueño, te bloquea y te angustia y no dejas de darle vueltas a lo que te preocupa, es señal de que te desborda y no es beneficioso.
Alimentación y estrés
La línea que separa el estrés bueno del malo es muy fina y depende del umbral de cada persona, pero según el estudio de la Universidad de Edimburgo, el exceso de sal puede aumentar los niveles de las hormonas del estrés sin motivo justificado.
Los investigadores quieren estudiar también si, más allá del estrés, el consumo de sal provoca también otros cambios en el comportamiento como la ansiedad y el carácter agresivo.
«Somos lo que comemos y comprender cómo los alimentos ricos en sal cambian nuestra salud mental es un paso importante para mejorar el bienestar. Sabemos que comer demasiada sal daña nuestro corazón, vasos sanguíneos y riñones. Este estudio ahora nos dice que el alto contenido de sal en nuestros alimentos también cambia la forma en que nuestro cerebro maneja el estrés», concluye Matthew Bailey, profesor del Centro de Ciencias Cardiovasculares de la Universidad de Edimburgo.