Claro, la alimentación es clave para sobrellevar mejor esta etapa. Si no te has cuidado como debieras los 5 o 6 años previos a la menopausia, tienes que adoptar ya un estilo de vida saludable que incluya una alimentación sana y equilibrada, con mucha verdura y fruta y alimentos frescos y naturales, y hacer ejercicio físico regular.
También es importante reducir los hábitos tóxicos. Evita en la medida de lo posible las bebidas alcohólicas, el café, el té y el tabaco.
Las comidas abundantes y los condimentos picantes tampoco convienen.
Y si, debido a la bajada de estrógenos padeces insomnio, puedes evitarlo con cenas ligeras y que no incluyan alimentos muy grasos. A esas horas evita los estimulantes como el té o el café y, en su lugar, toma una infusión de tila, valeriana o lúpulo.
En la etapa de la menopausia se recomienda incluir avena en la dieta porque aporta equilibrio al sistema nervioso y tiene un efecto tranquilizante.
Si es posible, toma a diario 15 gramos de copos de avena crudos o cocinados con leche o también con caldo vegetal.
Y, para evitar que los huesos se debiliten a partir de esta etapa, no solo es importante que la dieta sea rica en calcio (con lácteos desnatados, sardinas y otros pescados pequeños, verduras de hoja verde…) sino también que contenga suficiente magnesio y vitamina D (toma 15 minutos de sol al día).
Hay que tener cuidado con el abuso de fosfatos y el exceso de proteínas porque favorecen la desmineralización del hueso.