La llegada del buen tiempo nos invita a disfrutar de la piscina. Quienes tienen la suerte de contar con una en casa saben que es un bien muy preciado durante los meses de verano, pero también son conscientes de que hay que reforzar la seguridad al máximo para evitar disgustos, sobre todo si hay niños en casa.
En este artículo voy a compartir una serie de consejos con los que hacer que la piscina sea lo más segura posible en todos los aspectos. ¿Te apetece conocerlos?
Indice
Plantéate contratar a un experto
Antes de nada hay que decir que el asesoramiento de un profesional siempre es bienvenido, si bien es cierto que no es la opción más barata de todas. Además, una persona entendida en la materia no solo podrá guiarte en materia de seguridad, sino que también será capaz de darte buenas recomendaciones sobre el mantenimiento, que es indispensable para alargar la vida útil de la piscina.
Seguridad en forma de vallas y cubre piscinas
De lo primero que hay que asegurarse es de que la piscina esté perfectamente vallada, algo que es muy recomendable cuando hay niños en casa, ya que de esta forma evitamos que en un descuido se cuelen en la piscina y se lancen al agua.
Los cubre piscinas tienen una misión similar, ya que son lonas que se colocan por encima de la superficie que ocupa el agua para evitar que los niños accedan al interior tras acceder a la zona destinada a la piscina. Además de ayudarnos a evitar un incidente de ese tipo, también contribuye al mantenimiento del agua, ya que se mantiene limpia durante más tiempo.
Otro accesorio muy útil, aunque algo más caro, es el que implica la instalación de un sensor que detecta la caída de una persona al agua. Se instala en el borde o en el interior y es muy efectivo.
Cuidado con los resbalones
Acceder a la piscina puede ser peligroso si no se instala un tipo de suelo fabricado con materiales antideslizantes que reducen las posibilidades de sufrir un resbalón. Por otra parte, es bueno colocar unas escaleras para facilitar el acceso a personas mayores o con movilidad reducida. De hecho, incluso se puede optar por una rampa que hace que el acceso sea todavía más sencillo.
El agua también requiere sus cuidados
Al pensar en la seguridad de la piscina no podemos olvidarnos del agua, que debe contar con unos valores pH situados entre el 7,2 y el 7,6. El color del agua es la mejor pista para saber si está en condiciones o no, pero en caso de duda lo mejor es recurrir a un profesional o hacer una prueba con un medidor de pH, que suele ser un aparato electrónico.
Kit de primeros auxilios para la piscina
Si a pesar de haber implantado todas las medidas descritas anteriormente se produce un accidente, es bueno tener un kit de primeros auxilios a mano para poder actuar de la forma más rápida posible. Eso sí, también es aconsejable tener unos conocimientos mínimos sobre primeros auxilios, ya que la ambulancia suele tardar unos minutos que pueden ser decisivos para salvar la vida de una persona.
Si hay niños en la piscina y no saben nadar, siempre debería haber un adulto vigilándolos. Además, es buena idea formarlos en materia de seguridad para que conozcan los peligros de la piscina, al tiempo que hay que predicar con el ejemplo para no dar pie a situaciones desagradables, como puede ser la de sufrir un resbalón y darse un golpe en la cabeza por correr alrededor de la piscina.