El hogar puede ser ese momento en el que redescubres tu entorno habitual desde una nueva mirada. La decoración consciente pone de manifiesto la conexión que existe entre el exterior y el interior. Un espacio ordenado, que refleja tu gusto personal, incrementa tu bienestar. El tiempo en casa también es sinónimo de descanso, libertad y creatividad.
Indice
1. Despréndete de aquello que ya no utilizas
La vida está integrada por diferentes etapas que pueden tener su reflejo en la decoración en sí misma. Es decir, existe una evolución que se percibe en la transformación del entorno, incluso, en pequeños detalles. ¿Qué objetivos te gustaría cumplir en tu propio hogar? Este puede ser un buen momento para dar prioridad a aquellas cuestiones que has pospuesto durante los meses previos.
Haz espacio a la novedad. Para ello, despréndete de prendas de ropa, artículos de decoración o libros a los que puedes dar una nueva vida si se encuentran en buen estado.
2. Diseña un rincón creativo para pintar, escribir o dibujar
Un hogar en armonía muestra un perfecto equilibrio entre espacios compartidos y zonas individuales. Puedes diseñar un rincòn creativo en el que te concentres en la realización de aficiones que te gustan. Es decir, crea tu propio universo personal para pintar, escribir, dibujar, tocar un instrumento, escuchar música, estudiar un idioma…
Ese espacio personal puede estar equipado con un mobiliario básico. El escritorio es el mueble principal. Y el orden se convierte en el ingrediente que te ayuda a reconectar con el escenario que te rodea. La desorganización, por el contrario, transmite una imagen caótica de este lugar.
3. Decora la mesa, incluso cuando comes en soledad
Desayunos, comidas y cenas, en ocasiones, son sinónimo de encuentro, reunión y compañía. Pero conviene no vincular los momentos significativos, únicamente, a la expectativa de estar cerca de otra persona.
Cuida la relación contigo mismo durante tu tiempo en casa. Por ejemplo, decora la presentación de la mesa de una forma especial o utiliza la vajilla que reservas para momentos de celebración. En definitiva, practica una alimentación consciente y una atención plena hacia los detalles.
4. Crea un pequeños rincón de recuerdos familiares
Pasado, presente y futuro tienen su reflejo en la experiencia del propio hogar. El pasado se hace visible por medio del valor de aquellos artículos que desprenden bonitos recuerdos. Aunque, en ocasiones, también surge la necesidad de limitar la presencia de aquellos artículos que tienen un valor emocional si alimentan la nostalgia habitual. Personaliza la estética de tu casa para reconectar verdaderamente con su luz.
5. Conecta con la esencia de la naturaleza en casa
Durante las vacaciones estivales aumentan los planes al aire libre en tardes que parecen interminables. Pero la naturaleza se hace presente en la propia casa a través de colores, texturas y estampados que se inspiran en el paisaje exterior. Del mismo modo, flores y plantas embellecen el universo interior del hogar con detalles ornamentales que añaden bellos acentos visuales. Esta perspectiva también te permite personalizar el look de la vivienda con ingredientes que te gustan.
6. Prioriza lo importante en esta etapa
Existen distintos obstáculos que pueden convertirse en una forma de autoboicot cuando te marcas el objetivo de volver a conectar con tu hogar. La mirada del perfeccionismo interfiere negativamente en este proceso. Observa la mejor versión de aquello que te rodea y, también, percibe la belleza que existe en lo imperfecto.
Lo verdaderamente importante es que alimentes tu bienestar, tu felicidad y tu descanso. Disfruta de tu espacio personal y dale forma a través de un proceso de decoración consciente.