¿Cuáles son las causas de la falta de vitamina D?

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Una de las causas de falta de vitamina D es que pasamos demasiadas horas encerrados en el trabajo o en casa y nos da poco el sol.

En España, se estima que un 40% de la población adulta y un 80% de los mayores de 65 años sufren carencia de vitamina D. El dato es preocupante porque la vitamina D es necesaria para el metabolismo del calcio y la mineralización del hueso pero, más allá de la salud ósea, actúa como una hormona que interviene en muchos procesos del organismo y su déficit cada vez se relaciona con más trastornos.

Por otra parte, el 90% de la vitamina D se sintetiza a través de la exposición solar y solo un 10% de la dieta, con lo que cuesta creer que en un país de sol como España nos falte vitamina D. ¿Cuáles son las causas de esta carencia? Nicolás Olea, Catedrático de Medicina de la Universidad de Granada, analiza las razones y apunta a los tóxicos como el principal causante de la falta de vitamina D.

¿el protector solar es la causa de la falta de vitamina D?

Entre las causas que están detrás de la falta de vitamina D, la teoría más aceptada es que pasamos demasiadas horas encerrados en la oficina o en casa y que nos da poco el sol. Además, cuando salimos a la calle nos aplicamos protección solar, que es una medida eficaz para prevenir el cáncer de piel pero impide la sintetización de vitamina D.

La Comisión Europea recomienda que el sol incida en nuestra piel al menos 15 minutos al día (exponiendo la cara y manos o brazos es suficiente).

Durante el invierno sal a caminar al mediodía para exponer la piel al sol sin protección solar. Cuanto más trozo de piel expongas al sol mejor. En verano hazlo a primera hora o a última del día.

Pero el catedrático Nicolás Olea sugiere que la exposición solar o el uso de fotoprotectores no sería la principal causa de la falta de vitamina D: los químicos diarios a los que nos exponemos estarían boicotenado la acción de esta hormona.

¿cómo influyen los químicos en la falta de vitamina d?

En realidad son los culpables de que la vitamina D no haga sus funciones, y una de ellas es la fijación del calcio en los huesos.

«Esta vitamina es en realidad una hormona. Todas las hormonas (los estrógenos, la progesterona, la hormona tiroidea y también la vitamina D) tienen receptores nucleares. Ellas son la llave y el receptor nuclear es la cerradura. Cuando la llave se introduce en la cerradura, esta encaja perfectamente y abre la puerta para que se activen muchas funciones celulares», apunta.

Pero los químicos interrumpirían ese proceso tan perfecto. La naturaleza es muy sabia y hace dos millones de años seleccionó a la hormona y a su receptor para realizar una determinada función, era un equipo ganador perfecto.

«El problema es que desde finales del siglo XIX hemos puesto en circulación 144.000 compuestos químicos que han acabado alterando la función de esas hormonas. En el caso de la osteoporosis, por ejemplo, lo que hacen es «hackear» el mensaje de la vitamina D. Para explicarlo de forma gráfica, cuando la llave de esta hormona se introduce en la cerradura, la puerta no se abre porque está ocupada por otra llave», asegura Olea.

Los químicos podrían ser los causantes de la gran falta de vitamina D entre la mujeres menopáusicas. «De hecho, cuando analizas por qué cada vez hay más osteoporosis entre las mujeres españolas, te das cuenta de que no basta con la ingesta de calcio. Ves que faltan piezas en el puzle, que algo falla, y es entonces cuando entran en juego los contaminantes ambientales», subraya.

Además, «la carencia de vitamina D no solo se relaciona con osteoporosis, sino que está teniendo consecuencias muy importantes a nivel de salud. Ya hay estudios que han demostrado que la carencia de vitamina D tiene mucho que ver con una mayor incidencia de cáncer de mama o problemas de tiroides», afirma.

¿Qué químicos son los que más se relacionan con la falta de vitamina D?

Sobre todo el bisfenol A, los ftalatos y el triclosán. Son compuestos que se unen a los receptores nucleares e, igual que están boicoteando la función de las hormonas tiroideas o los estrógenos, también están impidiendo que la vitamina D haga su función, señala el catedrático.

El triclosán, un químico bajo sospecha

Un amplio estudio americano publicado en el Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism en el que se han analizado las muestras de orina de 1.848 mujeres, recogidas entre 2005 y 2010, revela que las que presentaron restos de triclosán tenían 2,5 veces más riesgo de fractura por debilidad ósea.

Este químico es un antibacteriano que se añade sobre todo a productos de higiene personal y cosméticos. En Estados Unidos está prohibido su uso en este tipo de artículos, mientras que en la Unión Europea su utilización sigue siendo legal en concentraciones que no superen el 0,3 % en los siguientes productos: pasta de dientes, jabones de manos, geles corporales, desodorantes, polvos compactos, maquillajes, productos para las uñas y enjuagues bucales (estos últimos en no más de un 0,2 %).

En este sentido, los expertos aseguran que su uso puede ser aceptable en el tratamiento de la gingivitis durante un tiempo concreto, pero lo que no está justificado es su utilización en productos de uso cotidiano como una pasta de dientes o un maquillaje.

Presta especial atención a las etiquetas. Es difícil esquivar totalmente el triclosán porque se halla en ropa deportiva, utensilios de cocina, juguetes… Y en este tipo de artículos hay menos control. Lo que sí podemos hacer es fijarnos bien en las etiquetas de los productos que adquirimos (sobre todo los de higiene) y evitar aquellos que incluyan este químico.

Cómo reducir los químicos en tu día a día

  • Reduce el plástico. Puede contener bisfenol A o ftalatos. Opta por plásticos BPA free.
  • Cosmética lo más natural posible. Opta por cosméticos y productos de higiene de línea ECO, que no contienen ftalatos, triclosán ni otros tóxicos estrogénicos.
  • Ropa sin químicos. ¿Sabías que muchas botellas de plástico se reciclan para hacer poliéster? Fíjate en la etiqueta y busca prendas sin ftalatos ni perfluorados.