Un reciente memorando interno ha revelado que los líderes del Cártel de Sinaloa han dado permiso a sus miembros para abrir fuego contra los agentes de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos. Esta decisión marca un escalamiento en las tácticas del cártel, que ha intensificado sus actividades en la frontera después del arresto del Ismael El Mayo Zambada.
Las autoridades estadounidenses están tomando medidas adicionales para reforzar la seguridad en la zona, mientras que el cártel parece desafiar abiertamente la presencia de las fuerzas del orden.
Los agentes de la Patrulla Fronteriza en el oeste de Texas han recibido advertencias sobre la posibilidad de que sean blanco de disparos por parte de miembros del Cártel de Sinaloa. Según un memorando interno, esta violencia se ha intensificado tras la captura en julio de Ismael ‘El Mayo’ Zambada y Joaquín Guzmán López, hijo de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán.
Históricamente, los cárteles se habían abstenido de enfrentamientos violentos con las fuerzas del orden en EEUU por miedo a represalias. Sin embargo, la reciente detención de Zambada ha cambiado esta dinámica, especialmente entre los miembros más jóvenes del cártel.
El memorando obtenido por NewsNation fue enviado a agentes federales en el sector de El Paso después de que contratistas que trabajaban en un rancho en Eagle Pass, Texas, reportaran haber recibido disparos a través del cerco fronterizo el 15 de octubre.
“Ya no temen a nadie, especialmente a las fuerzas del orden de EEUU”, comentó Victor Ávila, exagente de Investigaciones de Seguridad Nacional. “Tienen los recursos y la capacidad, y los utilizarán en nuestra contra”.
El año pasado, bajo el mando de Joaquín «El Chapo» Guzmán, el Cártel de Sinaloa prohibió la producción de fentanilo bajo severas penas de muerte. Esta orden provenía de sus hijos, incluido el que fue arrestado en julio, tras presuntamente traicionar a Zambada.
A medida que la dirección del cártel se fragmenta, los conflictos internos han escalado. En el estado de Sinaloa, más de 190 personas han sido asesinadas debido a la violencia en aumento.
Los cárteles han establecido bloqueos en Culiacán, donde los conductores son abordados a punta de pistola mientras los miembros del cártel revisan sus teléfonos. Aquellos con contactos en cárteles rivales a menudo son heridos o asesinados.
En septiembre, combatientes del cártel secuestraron a un fotoreportero de Culiacán y a dos amigos suyos tras detener su vehículo y revisar sus teléfonos. El reportero, David Martínez, fue liberado horas después, de una serie de llamadas y peticiones de clemencia, pero sus amigos fueron asesinados y sus cuerpos abandonados bajo un puente.