Ya es conocido que los rayos solares dañan la piel, sobre todo, cuando la exposición no se hace de una forma controlada y con protección. Y es que tampoco hay que prescindir del sol totalmente porque es fuente de vitamina D. Además, en verano, siempre apetece estar en la piscina o en la playa. Son casos en los que es conveniente preparar la piel para reforzarla antes de exponerla al sol. Es un proceso que hay que hacer tanto para el cuerpo como para la cara. ¿Qué se puede hacer? Aquí te contamos las principales claves.
Cosmética
El mes de julio es ideal para reforzar la piel si vas a coger las vacaciones en agosto. De todos modos, si se disfrutan en este mes, para otro año ya sabes que deberías realizar este proceso en junio. Recuerda: siempre con un mes de antelación.
La principal ayuda viene de la mano de la cosmética. Y, en concreto, de la nutricosmética. Por ejemplo, se puede hacer uso de los comprimidos solares, que están elaborados con una base de vitaminas y antioxidantes.
Es una opción bastante efectiva, ya que la piel se fortalece desde el interior. Los beneficios se notan tanto en la piel del rostro como en la de todo el cuerpo.
Tratamientos
En algunos casos, o bien como opción alternativa, también se puede optar por otra serie de tratamientos. Uno de ellos es la denominada terapia biofotónica, que consiste en aplicar energía lumínica.
En concreto, se expone el rostro a una luz fluorescente que dura unos nueve minutos. Esta luz puede estimular la producción de colágeno, aparte de reforzar los mecanismos de reparación de la piel. Incluso, también puede actuar contra el acné.
Es un tratamiento que se puede hacer perfectamente en verano porque no hay contraindicaciones con el sol, aunque pueda pensarse lo contrario al utilizarse la luz. En general, se necesitan cuatro sesiones. Lo recomendable es hacer una a la semana antes de exponerse al sol.