Una mesa de comedor es un mueble práctico y funcional que posee un alto valor emocional. Es un punto focal en la decoración de la estancia y también es el centro de la vida familiar en momentos cotidianos. Pues bien, una mesa de color blanco es un acierto seguro. Hoy compartimos seis razones para priorizar esta selección.
Indice
1. Eleva la iluminación en la estancia
Es una pieza con una gran presencia. El acabado en blanco es clave para potenciar la claridad y la luminosidad desde el interior. Una propuesta de estilo que potencia la mejor versión en habitaciones grandes y pequeñas.
2. Combina con sillas de cualquier estilo
La mesa de comedor forma el conjunto ideal con sillas del mismo color o con una composición de asientos variados. Crea el binomio ideal con sencillos diseños en madera y eleva su sofisticación por medio de piezas de terciopelo. Del mismo modo, puedes sumarte a la tendencia de decorar el espacio con un banco. En definitiva, la mesa se integra perfectamente en looks prácticos, estéticos y acogedores.
3. Atemporal
La mesa de comedor es un mueble de uso frecuente o una pieza muy especial que adquiere un protagonismo relevante en celebraciones familiares. La elección de un diseño atemporal ofrece muchas ventajas. Ten en cuenta que la imagen del salón y del comedor no permanece estática. Es habitual añadir pequeños o grandes cambios con el paso del tiempo.
Pues bien, una mesa blanca posee las características deseadas para integrarse de forma natural en zonas de estilo rústico renovado, nórdico, minimalista, clásico, contemporáneo o ecléctico. En definitiva, su estética tiene un valor atemporal. En consecuencia, el mueble tiene una larga vida.
4. Combina con todo tipo de muebles
El orden, el confort y la practicidad son algunas de las necesidades que conviene atender en la decoración del salón. En definitiva, la mesa forma el conjunto perfecto con otros diseños. Un aparador es un buen complemento en la zona del comedor. No solo destaca por su capacidad de almacenaje para guardar la vajilla, sino que también tiene un alto valor decorativo.
Ten en cuenta que puede completarse con un espejo, un jarrón con flores y otros bonitos detalles. Pues bien, una mesa blanca combina con un mobiliario de madera oscura o clara. También forma el conjunto ideal con otras tonalidades. Y es un acierto seguro si quieres crear un look monocolor que refleje el estilo total white.
5. Es acogedora
El espacio de comedor invita a disfrutar de una alimentación consciente. La atención plena en torno a los momentos gastronómicos no solo pone el foco de atención en las texturas, los aromas y los sabores de los alimentos.
Es importante crear la ambientación ideal para disfrutar de un entorno de bienestar. Una estancia acogedora resulta especialmente apetecible porque invita a permanecer en ella. Pues bien, una mesa blanca, cuadrada, redonda o rectangular, se integra perfectamente en un espacio cálido y relajante.
6. Cualquier detalle con color destaca sobre el fondo
Una mesa en blanco ofrece la perspectiva ideal para crear contrastes en la decoración del espacio. Es el mueble más importante de la habitación. En consecuencia, también posee un alto valor ornamental. Ten en cuenta que puedes realzar su diseño con bonitos adornos que destacan todavía más sobre la base de un fondo claro y luminoso.
También ofrece el marco ideal para lucir cualquier vajilla. Los platos quedan bellamente enmarcados sobre una superficie sencilla que realza el protagonismo de los detalles.
Por tanto, la mesa de comedor de color blanco combina con estilos diferentes. Es una pieza muy luminosa, atemporal y elegante. Por ello, es un acierto seguro en la decoración de la habitación.