Los niños transmiten su ilusión a los adultos, incluso, en circunstancias más complejas. La ilusión es ese ingrediente que conviene potenciar porque está vinculado con emociones agradables. ¿Cómo alimentar la ilusión de los niños?
Indice
1. Cuentos con final feliz
Contar cuentos a los niños es uno de los planes que no solo alimenta el hábito lector, sino que también transmite valores basados en la bondad. Los cuentos con final feliz ofrecen el refugio de un desenlace esperanzador. Los cuentos elevan la empatía a partir de historias en las que el propio niños adquiere un protagonismo como testigo de ese relato.
2. Juegos preferidos
Cada niño tiene sus propias prioridades de ocio ya que dedica más tiempo a sus juguetes preferidos. El tiempo que comparte en compañía de ese pasatiempo estimula su ilusión porque la rutina se transforma desde el filtro de la creatividad.
3. Transmite tu ilusión a tu hijo
La ilusión produce un efecto contagio. Pon en valor ilusiones sencillas del corto plazo, propósitos que pueden transformar en extraordinario el ritmo de la jornada cuando observas el tiempo desde la gratitud. Haz partícipe a tu hijo de esas ilusiones que elevan tu esperanza.
4. Sentido del humor
El humor es necesario, incluso, en situaciones de adversidad cuando esta herramienta se convierte en un elemento de resiliencia para luchar contra las dificultades. El ambiente familiar influye en el bienestar de quienes viven ese espacio.
5. Celebraciones inesperadas
Existen acontecimientos que adquieren un protagonismo especial a lo largo del calendario, por ejemplo, el cumpleaños del niño. El sentido de una celebración no está continuamente determinado por esta relación de causa y efecto. Tú mismo puedes buscar el modo de integrar esta filosofía en el corto plazo de la semana.
¿Cómo alimentar la ilusión de los niños? Aprendiendo de su propio ejemplo para vivir más el presente.