Pintar las paredes del hogar es una tarea que mejora el mantenimiento del inmueble. La elección del color depende de diferentes factores, puesto que cada interior es único. La decisión final es un reflejo del gusto personal.
Pero existen otros factores que contextualizan la toma de una decisión: los metros cuadrados de cada estancia o la iluminación natural que llega hasta el interior. Como sabes, cuando el color elegido transforma el lugar desde un enfoque positivo, hace que el entorno parezca más amplio.
Indice
1. Blanco: la elección clásica por excelencia
Es una opción atemporal que triunfa por numerosos motivos. En primer lugar, enmarca las paredes con un acabado que combina con diferentes estilos de decoración. Además, es un tono que transmite claridad, sencillez y limpieza. Por otra parte, es la elección ideal para buscar la mejor perspectiva de cuadros, fotografías y láminas. Es decir, el contenido artístico adquiere todo el protagonismo cuando está situado sobre un fondo blanco.
El blanco es la elección clásica por excelencia. Sin embargo, su esencia también puede reinterpretarse desde otras perspectivas. El beige es una perfecta alternativa. Mantiene su claridad, pero aporta nuevos matices al entorno.
2. Gris claro: ideal para una decoración nórdica, industrial o contemporánea
Como hemos comentado, el blanco aporta claridad y luminosidad. Sin embargo, existen otras alternativas cromáticas que consiguen el mismo efecto: el gris claro es un buen ejemplo. Es una propuesta que se convierte en la elección ideal en aquellos hogares que lucen un estilo nórdico (ya que este ingrediente está muy presente en dicha corriente decorativa). Pero es una base muy versátil que se integra con la máxima naturalidad en looks con un toque clásico, contemporáneo o industrial.
3. Azul claro: una propuesta cromática muy relajante
El azul claro también forma parte de la lista tonos recomendables para pintar una casa. Conviene puntualizar que es un ingrediente que crea una atmósfera muy agradable. Puedes observar su presencia en diferentes imágenes de naturaleza. Por ello, a través de esta idea de decoración, llevas la esencia del paisaje natural hasta el interior de la vivienda. El azul claro aporta emociones agradables: alimenta la serenidad, la calma y la relajación. Por otra parte, transmite equilibrio y armonía.
Más allá de cuál sea el tono elegido para vestir las paredes, es recomendable que el techo luzca un acabado en blanco. De este modo, ilumina toda la estancia.
4. Color verde: ideal para cualquier estancia del hogar
Existen colores que potencian su belleza en las diferentes habitaciones de la casa. Es decir, se integran con acierto en el salón, el recibidor, la cocina o el dormitorio. La naturaleza es una referencia constante en el proceso de decoración porque ofrece numerosas fuentes de inspiración. Los colores del entorno exterior también forman parte del interior del hogar. El verde claro aporta naturalidad, calidez y esperanza.
5. En rosa: una propuesta dulce y romántica
Existen varias tendencias que triunfan en la decoración de las paredes. Por ejemplo, es posible destacar una parte de la estancia en un tono diferente. Una fórmula sencilla que es clave para diferenciar un ambiente en el interior de una habitación.
Pues bien, el rosa es una excelente elección para dar uniformidad a la estética de la vivienda en su conjunto o, también, para embellecer únicamente algunas paredes. Aporta un toque romántico. Puedes combinarlo con el blanco para crear un efecto muy dulce. Es un tono que forma un bonito conjunto con los estampados florales presentes en los textiles de un hogar con un look romántico.
Observa las características de tu hogar para dar con la clave de aquel color que realza la belleza del inmueble.