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Horror en Ciudad Juárez: el feminicidio de Leslie Godínez y el tráfico de bebés que conmociona a México

Una historia de dolor, impunidad y redes criminales que lucran con la vida de mujeres y recién nacidos

Una joven de 20 años y con siete meses de embarazo fue asesinada en Ciudad Juárez, Chihuahua, en un crimen que las autoridades investigan como feminicidio agravado y que apunta también a una posible red de tráfico de menores.

Ciudad Juárez, Chihuahua. — La tragedia de Leslie Godínez Carrillo, una joven de 20 años con siete meses de embarazo, ha sacudido a México y al mundo. Lo que comenzó como una cita acordada por Facebook para “recoger un dinero” terminó en uno de los crímenes más atroces registrados en la frontera norte: fue asesinada para extraerle a su bebé y venderlo en el mercado negro de adopciones ilegales.

💔 Una desaparición que reveló el horror

El 17 de julio, Leslie salió de su casa en Ciudad Juárez con la esperanza de recibir un pago pendiente. Ocho días después, su madre, Mirta María Carrillo Muñoz, fue contactada por autoridades para identificar unos tatuajes encontrados en un cuerpo. “Su hija fue asesinada”, le dijeron. Entre lágrimas, solo alcanzó a preguntar: “¿Y mi nieto? ¿Dónde está mi nieto?”

La escena del crimen reveló detalles escalofriantes. Leslie fue llevada a una vivienda del fraccionamiento Portal de Abedul, donde le practicaron una cesárea rudimentaria para extraerle al bebé y venderlo por 15 mil dólares, alrededor de 300 mil pesos. Los peritos confirmaron que murió desangrada y fue enterrada en el mismo lugar, con múltiples heridas punzocortantes y señales de tortura.

👶 El milagro de Eithan: el bebé que sobrevivió

El recién nacido, al que Leslie planeaba llamar Eithan Martín, sobrevivió milagrosamente pese a las condiciones en que fue extraído. La responsable del crimen, Martha Alicia Méndez Aguilar, conocida como “La Diabla”, llevó al bebé a un hospital de la colonia Zaragoza fingiendo que era su hijo.
Sin embargo, los médicos notaron inconsistencias y alertaron a las autoridades. El bebé fue trasladado al Hospital Infantil de Ciudad Juárez, donde recibió atención especializada y se dio aviso al Ministerio Público.

“Mi nieto es un milagro. Tiene muchas ganas de vivir”, dijo entre lágrimas Mirta María, quien no solo enfrentó la pérdida de su hija, sino también una larga batalla para recuperar al pequeño.

Durante tres meses, el Sistema DIF le negó el contacto con el bebé argumentando falta de pruebas de ADN. El cuerpo de Leslie tuvo que ser exhumado para obtener las muestras, un proceso lento y doloroso que, según la familia, fue manejado con negligencia.

Finalmente, tras una carta entregada a la presidenta Claudia Sheinbaum, Mirta logró recuperar la custodia del niño. “Gracias a ella tenemos a Eithan Martín con nosotros”, afirma con orgullo.

“La Diabla”: una pieza clave en una red internacional

La mujer detrás del crimen, Martha Alicia Méndez Aguilar, de 44 años, enfrenta cargos por feminicidio agravado, homicidio en grado de tentativa y trata de menores con fines de adopción ilegal. Su audiencia intermedia está prevista para marzo de 2026.

Según la abogada de la familia, Olivia Aguirre Bonilla, este no fue un acto aislado. Se trató de un reclutamiento planeado a través de redes sociales, donde una cuenta llamada “Juaritoz Bmc” contactó a Leslie bajo engaños. “La llevaron a una casa, la asesinaron y enterraron en el patio. Todo para ocultar el delito”, detalló la abogada.

El caso se complicó aún más cuando surgieron versiones sobre la venta del bebé a una pareja estadounidense, presuntamente contactada a través de una red de tráfico de menores vinculada a organizaciones criminales. La Fiscalía mexicana investiga si esta red tenía vínculos con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y con “La Empresa”, brazo armado del cártel de Juárez.

Un caso que trasciende fronteras

La Oficina de Inteligencia Nacional de Estados Unidos identificó a La Diabla como parte de un esquema criminal dedicado al tráfico de bebés y órganos. Según el reporte, atraía a mujeres jóvenes en situación vulnerable para someterlas a cesáreas ilegales, asesinarlas y vender a los recién nacidos a familias en Estados Unidos.

El costo de cada bebé oscilaba entre 250 mil y 300 mil pesos, según la investigación binacional. Esta misma red habría estado relacionada con la desaparición de mujeres en la frontera, incluyendo a una ciudadana estadounidense hallada muerta en Anapra, Ciudad Juárez.

De acuerdo con la abogada Aguirre Bonilla, La Diabla ya había sido detenida anteriormente por trata de personas e inducción de menores a la delincuencia. Entre sus cómplices había una adolescente, una enfermera y varios intermediarios locales. La joven, identificada como Joselyn, fue quien habría apuñalado a Leslie más de 40 veces durante la operación clandestina.

Justicia a medias y heridas abiertas

La abogada denuncia que las autoridades mexicanas no han permitido acceder completamente a la carpeta de investigación por trata de menores, lo que ha retrasado el avance judicial. Además, afirma que la primera audiencia de La Diabla se realizó a puerta cerrada, supuestamente para “proteger el proceso”, aunque la defensa de la familia exige transparencia.

“La Diabla declaró que trabajaba para gente del Cereso, ministeriales y miembros del crimen organizado”, reveló Aguirre Bonilla.
Por su parte, el gobierno estadounidense confirmó haber participado en la investigación, aunque persisten dudas sobre la verdadera magnitud de la red criminal.

Esperanza en medio del dolor

Organizaciones como Canida, dedicadas a combatir la trata infantil y promover la adopción legal, han ofrecido apoyo psicológico y jurídico a la familia. Su vocera, Miriam Alexis Bardui Nacif, asegura: “Este caso refleja la urgencia de reforzar los protocolos de adopción y de proteger a mujeres embarazadas en situación vulnerable. Leslie fue víctima de una red que buscaba lucrar con la vida humana”.

Leslie había elegido el nombre de su hijo porque Eithan, en hebreo, significa “fuerte”. Hoy, el pequeño representa esa fuerza que mantiene unida a su familia. Su hermana Sofía, de tres años, lo recibió con una pequeña celebración organizada por su abuela y vecinos, quienes llenaron de regalos al bebé que sobrevivió a la tragedia.

“Mi nieta pregunta por su mamá. Yo le digo que está en el cielo y que tenemos que cuidar a su hermanito”, cuenta Mirta María, aún marcada por el horror de lo vivido. Trabaja en una maquiladora y dedica cada día a sus nietos, mientras exige justicia para su hija.

“Fue un crimen monstruoso”: el clamor de una madre

Mirta recuerda con dolor que, al denunciar la desaparición de Leslie, la Fiscalía de la Mujer la ignoró. Solo cuando comenzó a pegar carteles en las calles obtuvo respuesta. “Después de enterrar a mi hija, fui al DIF y no me dejaban ver al bebé. Pensé que también me lo querían robar”, dice.

“Le hicieron lo peor que se le puede hacer a un ser humano. La amarraron, la apuñalaron, la dejaron morir. Y todo por dinero. ¿Una vida vale 300 mil pesos?”, lamenta.

Hoy, su misión es criar a Eithan y contarle algún día la verdad: cómo su madre fue una víctima más de un sistema fallido, de la impunidad y de una red que convirtió el dolor en negocio.

El feminicidio de Leslie Godínez no es un caso aislado, sino un reflejo de la profunda crisis de violencia de género y tráfico de personas en México. Casos como este exponen la vulnerabilidad de mujeres jóvenes ante redes criminales que operan impunemente entre la frontera mexicana y Estados Unidos.

La sociedad civil, organismos de derechos humanos y colectivos feministas han exigido que este crimen no quede en el olvido. Exigen justicia no solo para Leslie, sino para todas las mujeres desaparecidas y asesinadas en el país.

“Leslie fue fuerte hasta el final —dice su madre—. Su hijo también lo es. Y nosotros no descansaremos hasta que se haga justicia.”

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