¿Qué ocurre cuando alguien comienza las vacaciones de verano con altas expectativas? Es habitual que finalice las vacaciones con la sensación de no haber alcanzado todos los propósitos. Durante el ciclo estival cambian muchos aspectos de la rutina cotidiana. ¿Y qué es recomendable que permanezca en la base del nuevo calendario? Los hábitos saludables adquiridos previamente, aquellos que están relacionados con el autocuidado integral. ¿Cómo conseguir este objetivo saludable? En Cremitas te damos cuatro consejos.
Indice
1. Cuídate por dentro y por fuera
En ocasiones, la imagen personal parece adquirir un mayor nivel de interés durante el verano. Sin embargo, el verdadero bienestar es aquel que se alinea con el desarrollo integral de la personal. El cuidado, en definitiva, va más allá del plano físico.
2. Actualiza tu rutina, no la modifiques por completo
El verano no tiene por qué significar un periodo de improvisación constante. Es decir, tu rutina previa tiene espacio en una planificación estival más flexible. Encuentra un espacio propio para cuidarte y mimarte. Integra esos momentos en tu agenda de las próximas semanas.
3. No condiciones el autocuidado con los resultados
En ocasiones, la impaciencia irrumpe con fuerza en quien desea obtener resultados visibles a corto plazo. No condiciones los hábitos y rutinas de autocuidado con expectativas imposibles. Recuerda que es importante realizar un seguimiento y un mantenimiento de las acciones llevadas a cabo.
4. Combina los ingredientes esenciales
El estilo de vida activo es esencial para potenciar y mantener el bienestar. Existen tres pilares básicos en el cuidado personal: el descanso, la alimentación saludable y el ejercicio físico. Pero existen otros muchos elementos que influyen favorablemente en la felicidad: la vida social, el contacto con la cultura y el cuidado de la propia imagen.
Durante el verano, es habitual poner la mirada en el exterior. Sin embargo, también es un momento de introspección.
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