Una remodelación o reforma marca un punto de inflexión en un inmueble que ha experimentado una mejora a partir de esta transformación. La decoración completa este proceso y personaliza el lugar con detalles emocionales.
Indice
1. Busca una solución práctica para cada tipo de dificultad
Analiza qué obstáculos has experimentado previamente en dicho espacio para encontrar una solución que mejore tu calidad de vida en el inmueble. Por ejemplo, tal vez necesites una zona de oficina pero no puedes dedicar una habitación a esta función. En ese caso, un espacio multifuncional puede acoger un despacho práctico.
2. Crea una atmósfera muy relajante en el salón
El salón es un espacio común, uno de los lugares en los que pasarás más tiempo en casa. Para disfrutar todavía más de ese espacio, busca el modo de hacerlo realmente propio. Elige colores, muebles, accesorios, textiles y complementos que reflejen la expectativa de ese entorno con el que sueñas.
El salón es un espacio de entretenimiento en el que ver la televisión, escuchar música, conversar en familia… Crea un espacio relajante para desconectar del ritmo de la rutina habitual.
3. Planifica cada espacio
La planificación de cada habitación te permite diseñar un plan orientado a lograr cada objetivo concreto. Pero existen aspectos que conviene potenciar en cualquier contexto: el orden, la armonía, la funcionalidad, la estética, la proporción y el equilibrio.
Por ejemplo, la búsqueda de la armonía es una invitación para seleccionar con detenimiento cada pieza decorativa. Viste ese espacio con estilo y belleza, pero evita recargarlo con todas las cosas que te gustan. Es necesario priorizar ideas, descartar otras opciones y elegir detalles concretos.
Cuida los aspectos básicos de esta planificación: distribución del mobiliario e iluminación. Existen elementos decorativos que pueden ayudarte a realzar la luz: los espejos decoran y añaden una sensación de profundidad al ampliar visualmente los límites de ese espacio a través de su reflejo.
4. Potencia la arquitectura interior
Aprovecha el espacio de tu hogar y presta una atención especial a las posibilidades que ofrecen aquellas zonas de paso como el pasillo que, en ocasiones, pasan más desapercibidas en el conjunto. Los muebles bajos, que se adaptan a espacios pequeños, aportan estilo, capacidad de almacenaje y armonía.
Pero, además, también puedes destacar en la decoración elementos propios de este edificio, por ejemplo, una estancia con un arco debe dotar a este elemento de un gran protagonismo visual. Tal vez quieras dar a tu hogar de un aire industrial para destacar sus paredes de ladrillo.
5. Haz una lista con los recursos que vas a necesitar
En este inventario también tendrás en cuenta qué elementos puedes seguir utilizando después de la reforma. Es decir, qué piezas tendrán una nueva vida en este contexto. Y, por otra parte, haz una planificación de aquellos elementos que necesitas comprar para vestir el lugar con el estilo deseado.
6. Equilibrio simétrico o asimétrico
La mirada ante un espacio ofrece distintas perspectivas. El equilibrio es un ingrediente deseable pero no existe una única manera de reforzarlo. Por ejemplo, aquel que tiene una visión simétrica presenta una imagen en la que todos los elementos que se encuentran a ambos lados tienen un mismo peso y están colocados en torno a un eje central.
El equilibrio asimétrico se produce cuando no existe este efecto espejo, sin embargo, sí existe una relación de proporción en la composición creativa integrada por varias piezas.
El asesoramiento profesional te dará las claves para personalizar la decoración de tu hogar pero también existe otras alternativas. Busca tus propias fuentes de inspiración para trasladar a tu hogar las ideas que más te gustan.