El proceso de aprendizaje de la lectura conduce de forma directa a la comprensión del contenido de la historia. Pues bien, el niño ha alcanzado un buen nivel de lectura comprensiva cuando entiende el significado de un texto desde una perspectiva holística. Es decir, es capaz de explicar con sus propias palabras los detalles principales de la trama. Generalmente, el proceso de aprendizaje está reforzado con la realización de actividades que son esenciales para profundizar en el texto analizado. Por ejemplo, las preguntas son prácticas para analizar la idea central o el contexto del tema principal.
Entender de forma integral el significado de un texto
La comprensión lectora es importante para el entendimiento de cualquier tipo de texto. Por ello, también facilita el aprendizaje en asignaturas de ciencias. Los errores de interpretación en el enunciado de un ejercicio interfieren negativamente en la realización de la tarea. Por el contrario, la lectura receptiva es aquella que está acompañada por la asimilación de la información. El lector interioriza el significado de lo que lee. Entiende la idea principal y su relación con los conceptos secundarios.
La comprensión es importante en el ámbito académico y, también, en la lectura recreativa (aquella que está motivada por la diversión y el entretenimiento). Cuando existe una integración del contenido, el lector dispone de los medios necesarios para transmitir la información a otras personas.
La lectura comprensiva se fortalece a través de la experiencia
La comprensión lectora no es un objetivo definitivo, sino un proceso constante. Ya que puede perfeccionarse y mejorarse por medio del propio hábito de leer material nuevo con frecuencia. El lector interactúa con las ideas expuestas en el libro y extrae sus propias conclusiones a partir de su punto de vista.
Con frecuencia, se requiere que el lector lleve a cabo diferentes lecturas del texto para alcanzar un elevado nivel de comprensión.