En una clara señal de que la gestión del agua en el campo mexicano está cambiando de rumbo, el gobierno informó que el Programa Nacional de Tecnificación de Riego ya presenta un avance del 40 %.
¿De qué se trata el programa?
Este programa, impulsado por Comisión Nacional del Agua (Conagua), tiene como objetivo modernizar los sistemas de riego en 18 distritos prioritarios del país. En concreto, la meta es:
Tecnificar más de 200 000 hectáreas.
Beneficiar aproximadamente a 225 000 productores agrícolas.
Invertir más de 63 000 millones de pesos entre 2025 y 2030 para lograrlo.
Recuperar aproximadamente 2 800 millones de m³ de agua, lo que equivale a casi tres veces el consumo anual de agua de la Ciudad de México.
La idea es producir más alimentos con menos agua y redirigir parte del recurso hídrico liberado hacia el consumo humano, lo que ayuda a la sostenibilidad y a asegurar el abastecimiento para todos.
¿Cómo marcha el avance?
La cifra del 40 % representa el progreso general en los 17 de los 18 distritos contemplados hasta ahora.
Por ejemplo, algunos avances específicos por distrito:
Distrito de Riego (D.R.) 001 Pabellón, en Aguascalientes: 76 % de avance.
D.R. 017 Región Lagunera (Coahuila/Durango): 67 %.
D.R. 029 Río Mayo, Sonora: 56 %.
D.R. 041 Río Yaqui, Sonora: 55 %.
Otros distritos presentan avances más moderados, lo que muestra heterogeneidad en el proceso.
¿Qué obras se están realizando?
Entre las acciones que se están llevando a cabo en 2025 destacan:
Entubamiento, rehabilitación y revestimiento de canales abiertos (500 km).
Tecnificación parcelaria (nivelación de tierras) en 6 084 hectáreas.
Modernización de pozos con sistemas fotovoltaicos (139 pozos).
Instalación de 11 plantas de bombeo, 41 estructuras de medición, 8 presas derivadoras y 1 936 compuertas nuevas.
Estas obras tienen un doble objetivo: reducir pérdidas de agua por filtración y evaporación, e incrementar la eficiencia del riego (mediante sistemas de aspersión, goteo, canaletas multicompuertas, etc.).
¿Por qué es importante este programa?
Porque en México la agricultura utiliza una parte muy significativa del agua disponible, por lo que mejorar su eficiencia tiene impacto directo sobre la seguridad hídrica del país.
Porque liberar agua del riego permite que ese recurso pueda emplearse para consumo humano o recarga de acuíferos, contribuyendo a comunidades que lo necesitan.
Porque impulsará mayor producción agrícola con menos recurso hídrico, lo cual es clave ante escenarios de cambio climático, sequías y escasez de agua.
Porque este tipo de inversiones generan infraestructura moderna, productividad para los productores y un avance hacia una agricultura más sostenible y eficiente.
¿Qué retos todavía quedan?
Aunque el 40 % de avance es un buen primer paso, aún hay mucho trabajo por hacer:
Lograr que los 18 distritos prioritarios queden al 100 % tecnificados.
Asegurar que las mejoras lleguen a todos los productores, incluyendo pequeños y medianos, para evitar que queden rezagados.
Mantener la inversión necesaria y asegurar que los recursos se apliquen de forma eficiente.
Monitorear que la infraestructura realmente traduzca en un ahorro real de agua, mejoras de productividad y que la calidad de vida de las comunidades agrícolas mejore.
Adaptar el programa a las condiciones regionales diversas (norte, centro, sur del país) donde los retos hídricos y agrícolas pueden variar mucho.
En palabras de los responsables
Durante la conferencia matutina, la presidenta Claudia Sheinbaum remarcó: “Vamos muy avanzados ya en el Programa de Tecnificación”.
Mientras tanto, el director de Conagua, Efraín Morales López, señaló que “se trata de producir más alimentos con menos agua”, y explicó que el plan considera una inversión superior a 63 000 millones de pesos.
¿Dónde se aplica más intensamente?
Regiones agrícolas clave como Sinaloa, Sonora, Coahuila/Durango ya muestran avances relevantes. Por ejemplo, en Sinaloa el distrito Culiacán–Humaya reporta un avance del 47 %.
Asimismo, en la Región Lagunera (Coahuila/Durango) se presenta uno de los mayores avances (67 %) en su distrito.
¿Y ahora qué sigue?
El panorama nos deja con una hoja de ruta clara:
Continuar con las intervenciones en los distritos restantes.
Integrar tecnologías de riego más modernas, monitoreo remoto, telemetría, etc.
Asegurar que las comunidades agrícolas participen y sean beneficiarias del cambio.
Hacer seguimiento y evaluación del impacto real: cuánta agua se recupera, qué se hace con ese agua, cómo mejora la producción, cómo se reduce el gasto energético y el desgaste de infraestructura antigua.
Vincular esta modernización del riego con otros ejes del Plan Nacional Hídrico: saneamiento de ríos, ordenamiento de concesiones, infraestructura estratégica.
En resumen: el Programa Nacional de Tecnificación de Riego es una apuesta clave del gobierno para transformar la agricultura mexicana y hacerla más eficiente, sustentable y resiliente al cambio climático.
Con un avance del 40 % hasta ahora, el camino va por buen rumbo, pero todavía faltan tramos importantes para que los resultados lleguen a todos los productores y se reflejen plenamente en la gestión del agua, la producción agrícola y la garantía del acceso al agua para usos humanos.