El baño es un espacio de bienestar. Por ello, el deseo de crear un entorno relajante es frecuente en un proyecto de reforma. ¿Qué ingredientes conviene integrar para lograr este objetivo?
Indice
1. Colores claros
El uso del color ocupa un protagonismo esencial en el proceso creativo. Es recomendable concretar cuál es el tono predominante, puesto que el elemento seleccionado transforma por completo el lugar. Pues bien, los colores claros dan luminosidad, amplitud y una agradable sensación de limpieza.
Además, proporcionan una atmósfera agradable. Por otra parte, son tan versátiles que combinan perfectamente con otras tonalidades. ¿Quieres añadir algún contraste visual? En ese caso, juega con la estética de los opuestos.
2. Orden
La percepción general de la decoración del cuarto de baño está condicionada por diferentes estímulos. El equilibrio, la medida, la proporción y la armonía son factores que se alinean directamente con el sentido del orden. Un orden que, por otra parte, puede interpretarse desde una doble perspectiva.
En primer lugar, se percibe a nivel visual cuando existe una óptima distribución de los elementos que forman parte de la estancia. Por otra parte, un baño ordenado es aquel que está perfectamente organizado. En consecuencia, el mobiliario y los complementos aportan el almacenaje deseado para guardar cada cosa en su sitio.
3. Espacio vacío
Previamente hemos hechos referencia al desorden visual. Pues bien, es la perspectiva que ofrece el espacio cuando está excesivamente recargado con numerosos colores y artículos decorativos. El cuarto de baño es una estancia en la que conviene planificar con detenimiento cada centímetro para aprovechar el espacio disponible.
Pues bien, la estética de la encimera, el mueble del lavabo, el espejo, el toallero, la ducha o la bañera destaca todavía más en un entorno en el que el espacio vacío es imprescindible.
4. Un punto focal que transmite calma
Existen distintos factores que conviene atender en la elaboración de un proyecto de reforma. La elección del punto focal es una de las decisiones indispensables. ¿Cómo buscar el mejor ángulo de una estancia cuando el objetivo principal es que sea relajante y acogedora? En ese caso, analiza las posibilidades del entorno desde una visión integral.
Observa con detenimiento esa superficie para integrar un punto focal que proyecte armonía y serenidad. Un espejo con un diseño original es una opción a tener en cuenta.
5. Texturas
Las texturas suaves y agradables hacen referencia de forma directa a los textiles utilizados para vestir la estancia. Las toallas son un complemento básico que, por otra parte, es muy decorativo. De hecho, es un producto que facilita el cambio estacional en las dos temporadas principales del año: primavera-verano y otoño-invierno.
Sin embargo, las texturas también son protagonistas en los revestimientos utilizados para vestir las paredes. Los azulejos con relieve, por ejemplo, están de moda. Y producen un efecto muy relajante en el cuarto de baño.
6. Personalización
Un espacio vivido se adapta a las necesidades personales del propietario del inmueble. La búsqueda de la estética y de la funcionalidad adquiere un protagonismo esencial en el proyecto de decoración del baño. Pero la estética también se alinea con el propio gusto personal. De este modo, la estancia se viste con las preferencias de color, estilo, materiales, complementos y otras características. Un entorno personalizado se adapta perfectamente a las expectativas y necesidades individuales.
7. Ornamentación
Algunos elementos tienen una función estética más que decorativa. Sin embargo, la ornamentación pone el acento definitivo en una estancia bonita, acogedora y relajante.
En definitiva, la decoración de un cuarto de baño relajante se nutre con aquellos ingredientes que refuerzan la armonía, la proporción, el orden y el equilibrio.