686 Bar, es un rinconcito dentro del corazón de EM, en el cual podrás disfrutar la menor mixología con destilados mexicanos. EM es uno de los restaurantes más top de la ciudad, se trata de un espacio de fine dining, liderado por el chef Lucho Martínez, uno de los cocineros jóvenes más reconocidos en el ámbito gastronómico. Es por eso que en la parte superior de su renombrado restaurante —el cual lleva ese nombre en honor a su hija—, tenga resguardado uno de los bares o speakeasy más sonados del momento llamado 686 Bar.
Dentro de EM suceden muchas cosas, ya que la experiencia de la cocina de autor se vive en todo su esplendor con menús arriesgados y divertidos que te sacan de contexto con sus técnicas vanguardistas y el toque único del chef Lucho. Además EM alberga diversos spots en uno; desde un omakase en la barra principal hasta el famosos chef´s table, que te permitirá ver a Lucho Martínez en todo su esplendor y perfeccionismo culinario.
Y dentro de todas esas propuestas resalta 686 Bar, un rinconcito dentro del corazón de EM, en el cual podrás disfrutar la menor mixología con destilados mexicanos. Tragos clásicos como el negroni, desfilan en su barra engalanada por los detalles, que van desde la forma en que preparan el trago, hasta que llega a tus manos, cada paso perfectamente cuidado para que vivas una experiencia multisensorial.
Foto: 686 Bar
El interiorismo entre colores verdes y madera, resalta por sus suaves texturas que solo se iluminan con la luz de las velas, además de tener una barra en granito que le da elegancia y sobriedad al lugar. Hacen que 686 Bar, sea el spot para esas noches de tragos y sobre mesa, además este encantador y coqueto bar, se complementa con el fine dining de EM, y diversas colaboraciones de chefs y bartenders súper reconocidos en el medio gastronómico.
Sin duda, 686 Bar, es el lugar para descubrir las nuevas tendencias en la ciudad, ya que muchas veces es el parteaguas para lo que verás próximamente en otros bares. La parte del omakase también cobra vida en este rinconcito, ya que los yakitoris se adueñan de la noche para llenar de sabor las mesas de los comensales que buscan calmar el paladar entre tragos.