Una de las etapas más dolorosas de la vida es la que sigue a una ruptura de pareja. Por eso, me gustaría compartir contigo 4 consejos que ofrecen los psicólogos a quienes están pasando por el dolor, la frustración y el enfado de haber terminado una relación.
Consejos de los psicólogos para superar una ruptura
1. No alimentes la tristeza
La tristeza es una emoción, pero también un estado de la mente. ¿Qué significa esto? Que si no la alimentas, ella se irá. Los pensamientos y las emociones viven porque les prestas atención y los alimentas con tus pensamientos, palabras y acciones.
Cada vez que dedicas tiempo a pensar en tu ex, escuchar canciones románticas que te recuerdan a él, hablar de tu relación perdida con un amigo o amiga, etc., estás dándole mucho alimento a la tristeza.
¿Qué alimento? ¡Tu atención! Es como si ella llegara y te dijera “dame de comer”, y tu le sirves el plato y se lo llenas cada vez que termina. Ella va a seguir engordando y pidiéndote más alimento, es decir más de tu atención. Y lo mismo ocurre con la frustración, el enfado, etc. Porque eso es lo que lo que hacen las emociones: pedir atención.
Cuando compartes muchos amigos mutuos, no basta con seguir a tu ex pareja para librar a tus medios sociales de su presencia. Si ese es el caso, limite el uso de los medios sociales hasta que pueda conectarse sin ser tentado a acechar en Internet.
Por supuesto, eso no significa que el impulso desaparezca. “Piensa en cosas que puedas ‘revisar’ siempre que tengas la compulsión de ampliar su actividad en línea. Vigila a tu amigo que está abrumado con un nuevo bebé o llama a tus padres”, sugiere Rapini.
Mientras haces todo lo posible para crear una separación, tus amigos bienintencionados pueden sentirse tentados a transmitir cualquier chisme que escuchen o vean. Así que sé proactivo y hazles saber que estás luchando por seguir adelante y que es mejor si te mantienen en la oscuridad.
3. Haz lo que te gusta
¿Pero cómo dejar de alimentar a la tristeza? Prestándole atención a otras cosas más saludables. Pero como la tristeza es muy fuerte, va a insistir una y otra vez, entrometiéndose en lo que quiera que estés haciendo.
Por eso, tienes que ocupar tu atención en algo que te guste mucho. Algo que te absorba y no le de cuartel a la tristeza (ni al enfado ni a la frustración). Puede ser salir con tus amigos, ver comedias, leerte un nuevo libro, ir al gimnasio o probar hacer algo que nunca antes habías hecho.
Pero ojo con algo: evita caer en la trampa de querer sacar un clavo con otro. Cuando te pido que busques algo que te guste y te divierta, no me refiero a buscarlo en otra persona. Aunque solo sea sexo, te quedará un profundo vacío, porque en el fondo sabes que lo que quieres no es a esa persona, sino a tu ex.
Así que lo mejor es hacer cosas que te gusten pero que no impliquen una relación sexual ni sentimental con nadie. Algo que te permita redescubrir el placer y la satisfacción de vivir sin la ayuda de nadie.
4. Sé independiente y re-conecta con tu propia persona
¿Pero qué pasa si no eres capaz de disfrutar nada sin tu ex? ¿Qué pasa si la soledad te impide disfrutar del placer y la satisfacción de vivir? Entonces, tienes un problema que no tiene nada que ver con tu ex, sino con tu propia persona: careces de independencia emocional.
¿Qué es la independencia emocional? Es no depender de nadie para sentirte bien, disfrutar y divertirte. Si alguien llega, compartes con esa persona tu felicidad, pero si se va, no te derrumbas. Esta clase de independencia es una de las claves de la felicidad. Y carecer de ella te hará infeliz toda la vida.
¿Pero cómo tener independencia emocional? Bueno, ante todo respóndeme quién es la persona que más tiempo pasa contigo, la que te acompaña en las buenas o en las malas, la que siempre está ahí para cuidarte y apoyarte. ¿Tu madre, tus amigos… tu ex…? No lo creo. Esa persona… ¡eres tú!
Si lo piensas bien, la soledad no existe. Nadie puede estar solo porque siempre lo acompaña su propia persona. Lo que ocurre es que nos han enseñado a depender de otros.
Cuando éramos pequeños, de nuestra familia. Ya de grandes, de nuestra parejas, de los jefes, del Estado… Y perdimos esa hermosa conexión que una vez tuvimos con nosotros mismos.
Por eso, ¡reconecta! Descubre cómo hacerte feliz sin ayuda de nadie. Descubre qué es lo que más te gusta hacer, ¡y hazlo! Si te aburres, si sientes soledad, es porque estás haciendo algo mal.
Mira qué y cambia tu modo de hacer las cosas. Puede que al principio te cueste trabajo, porque no tienes la costumbre, pero eventualmente descubrirás que la soledad puede ser la mejor de las compañías.
Y recuerda: otras personas llegarán a tu vida, quizás mucho mejores. Esto es solo una etapa para arreglar lo que estaba mal en ti, para que descubras tus fortalezas y puntos débiles, y darte la oportunidad de renacer en tu versión mejorada. Si lo logras, tu próxima relación será mucho más sana y fructífera. Y si algún día termina, no te dolerá tanto.