La decoración estival ofrece la posibilidad de potenciar la innovación en la estética de un espacio que se contextualiza de forma estacional. Pues bien, un tono atemporal como el blanco puede ser el auténtico protagonista de la vivienda. ¿Qué ventajas aporta este componente en el diseño del salón, el dormitorio, la cocina, el comedor y cualquier otro rincón de la casa?
Indice
1. Combina perfectamente con el azul
El azul es otro de los ingredientes que triunfa en los interiores durante las vacaciones. Su fuerza conecta directamente con imágenes típicamente estivales como un paisaje de playa o el horizonte de un cielo que se mantiene luminoso durante horas. Pues bien, blanco y azul aportan una combinación muy refrescante en la decoración de la vivienda.
2. Combina muy bien con los estampados que marcan tendencia en verano
Apostar por el blanco como tono protagonista en la decoración no significa que el espacio sea monótono o aburrido. De hecho, es un ingrediente que contrasta con la estética de estampados que realzan la presencia de los textiles. El blanco, incluso, puede reforzar la perspectiva visual de composiciones de flores, rayas y formas geométricas. Un binomio decorativo que puede inspirarte en la planificación del salón o el dormitorio.
3. Una luminosidad que se alinea con las largas jornadas estivales
El blanco es uno de los tonos más valorados porque produce beneficios que influyen positivamente en el bienestar anímico. Por ejemplo, alimenta la luminosidad y la claridad en todo tipo de estancias y superficies, más allá de sus características. Refuerza la entrada de luz natural en aquellas habitaciones que cuentan con grandes ventanas. Pero también embellece otros entornos que no están tan conectados con el exterior de la casa. El blanco, como expresión de luz, aporta armonía, equilibrio y bienestar.
4. Triunfa más allá de las paredes de la vivienda
El blanco es un color que no puede faltar en la decoración estival, más allá del estilo principal. Su presencia muestra una bella perspectiva de diferentes ángulos de la vivienda. Por ejemplo, suele estar presente en las paredes. Pero también puede reducir el peso visual de los muebles o potenciar la atemporalidad en los textiles del salón o el dormitorio. La decoración en blanco es una propuesta clásica, pero también es una tendencia muy actual.
5. Crear una continuidad visual en el inmueble (y mejorar la conexión con el exterior)
El blanco es un tono que puede utilizarse de manera intencional como hilo conductor que crea una continuidad visual en todo el inmueble: recibidor, pasillo, salón, comedor, cocina, dormitorios, baños… A su vez, su luminosidad también alimenta la conexión de las zonas interiores con el entorno en el que se ubica la vivienda.
6. Un color muy refrescante
Es habitual hacer algunos cambios en la decoración para que el hogar sea un agradable refugio de vacaciones durante el periodo estival. Sin duda, añadir una dosis de frescura en el salón es clave para combatir las altas temperaturas que se contextualizan en este periodo del año. Pues bien, el color blanco, acompañado por texturas suaves y ligeras, produce una sensación de frescura inmediata.
7. Transmite tranquilidad
Cuando todavía no han comenzado las vacaciones de verano, puedes reflexionar sobre aquellos objetivos saludables que quieres priorizar en las próximas semanas. El descanso, como fuente de autocuidado y bienestar, es un ejemplo habitual. Y el descanso no solo alimenta el cuidado corporal, sino también anímico, psicológico y emocional. Pues bien, la decoración en blanco aporta tranquilidad en el salón, la cocina, el baño o el dormitorio (estancias que adquieren una especial relevancia en el inmueble).
El color blanco, en consecuencia, triunfa en la decoración estival y evoluciona con su presencia durante el resto del año.