Los niños necesitan las rutinas porque forman parte de un escenario conocido que aporta bienestar. Las vacaciones marcan un punto de inflexión en relación con el calendario habitual, pero no deben implicar una ruptura total de los hábitos mantenidos hasta el momento. ¿Cómo continuar con las rutinas infantiles en este periodo temporal?
Indice
1. Poner a los niños en el centro
Son muchos los objetivos y expectativas que una familia puede depositar en los días de descanso. Y, sin embargo, conviene acotar la realidad y descartar opciones que resulten inviables. Es imprescindible situar a los niños en el centro de esta planificación para priorizar sus necesidades. Y una de las necesidades básicas es la rutina.
2. Mantener la esencia de forma flexible
La rutina infantil es positiva, pero el contexto del curso escolar ha cambiado. Por ejemplo, es posible ajustar el horario de ir a dormir y el momento de despertar. Los pilares esenciales de la agenda se mantienen, pero conviene adaptarlos a un escenario más distendido.
3. Actividades de verano
Las actividades de verano son claves para estructurar el calendario contando con nuevas referencias temporales. Los campamentos urbanos, las clases de natación, los talleres de manualidades y otras propuestas extraescolares muestran una variada oferta de ocio que se dirige a los niños durante el verano.
4. Crear una tabla de rutinas
¿Cómo visualizar las características principales de una planificación eficaz incluso antes de llevarla a cabo? Una tabla de rutinas es un recurso práctico para lograr dicho objetivo. Es un calendario que estructura los aspectos principales de la semana. De un modo intencional, puedes poner el acento concreto en un periodo específico de la jornada, por ejemplo, en la mañana o la tarde.
Haz de la rutina un hilo conductor que fortalece la felicidad familiar en la etapa estival.