Seguro que muchas veces has oído decir que tener el colesterol alto es muy malo para la salud cardiovascular. Sin embargo, esta afirmación no es del todo cierta, ya que existen dos tipos de colesterol y no hay que mantener los niveles bajos de ambos, sino tan solo del que conocemos como malo.

Como somos conscientes de que existen muchas dudas al respecto, hoy en De Bienestar vamos a contarte en que se diferencia el colesterol malo del bueno. ¿Te gustaría acompañarnos? Te recomendamos que lo hagas, ya que esta información puede resultarte muy útil para mantener una buena salud.

Colesterol malo

En primer lugar, vamos a hablar del colesterol malo, que es el que más preocupa a la población. Nos estamos refiriendo al LDL (Low Density Lipoprotein), que es en realidad la lipoproteína de baja intensidad. Cuando ésta se encuentra en abundancia en la sangre, se acumula en las paredes internas de las arterias, contribuyendo a la formación de placas ateroscleróticas y, como consecuencia, aumentado el riesgo de sufrir ataques de corazón o derrames cerebrales. Así, es necesario mantener el colesterol malo lo más bajo posible, es decir, por debajo de 110 mg/dl.

Colesterol bueno

Por su parte, el colesterol bueno es conocido científicamente como HDL (Hight Density Lipoprotein), es decir, lipoproteína de alta densidad. Este tipo de colesterol es el que evita que el malo se acumule en las arterias, transportándolo al hígado para su eliminación. Por tanto, lo ideal es mantener el colesterol bueno lo más alto posible, es decir, por encima de 45 mg/dl en hombres y de 55 mg/dl en mujeres. Tener niveles altos de HDL ayuda a proteger de ataques cardiacos e ictus, mejora el funcionamiento cognitivo en las personas mayores, y es antioxidante, antiinflamatorio y antitrombótico.